A QUIEN TE REGALA SU TIEMPO…

Por Mónica Cué

Si tienes a alguien que te regale su tiempo, ¡Tienes un tesoro!

A esa persona, valorala, te está dando algo que jamás recuperará. Hay regalos que no cuestan, pero valen mucho. El tiempo es muy preciado, tanto, que no tiene precio pero sí mucho valor; así que si alguien te regala parte del suyo, valóralo, y aprovechalo en positivo.

El tiempo se va sin darnos cuenta. Vivimos en un mundo acelerado lleno de distracciones, de actividades y responsabilidades que nos atrapa en la vorágine de la rutina sin darnos cuenta. No se trata de vivir con prisa, pero tampoco de perder el tiempo. El tiempo no espera y hay que aprovecharlo, pero también utilizarlo con prudencia y mesura porque cada momento que pasa, es tan valioso que nunca más volverá.

Y es así de crudo como suena, el día que pasó, no vuelve más y lo que sucedió, quedará para siempre, pero como parte de nuestra memoria. Conforme nos hacemos mayores, somos más conscientes de la importancia del tiempo porque nos volvemos testigos de su paso, pero la pregunta entonces es: ¿Qué hago con el mío?, ¿lo estoy aprovechando a mi favor? En realidad hacer pequeños cambios, adoptar hábitos sencillos y realizar ciertas actividades, empezando por ser conscientes de su paso en nuestro actuar diario, nos acercan a tener el control del tiempo y al final del día la satisfacción de haberlo aprovechado y aunque sea avanzar un poquito en pro de nuestro bienestar.

El paso de los años nos abre los ojos hacia lo que ya fue, lo que ya vivimos, lo que no hicimos o no supimos aprovechar; pero, también nos hace ver que el tiempo que nos queda tenemos que aprovecharlo y hacer que nuestros días cuenten.

Es que en realidad... solo cuentas con el AHORA. Así que no guardes nada para una ocasión especial... Vivir es LA ocasión especial. No atesores, no acumules, no esperes para decir lo que has callado, para arreglarte o usar tu ropa, para comerte ese platillo especial, para hacer lo que sea que te guste y aprovecha el momento que tienes con quienes lo tienes hoy. No guardes nada para una ocasión especial, estar vivo y compartir con quienes aún tienes cerca, es ocasión especial suficiente.

Así, tampoco normalicemos lo cotidiano, muchas veces damos por sentadas las cosas o a las personas de nuestro alrededor y queremos más y diferente; pero realmente no nos damos cuenta que lo que ya tenemos y consideramos ordinario es lo realmente extraordinario. De esto hay mil ejemplos y para cada quien lo extraordinario puede encontrarse en distintos aspectos de lo ordinario en su vida; no lo busques en otro lado ¡Encuentra tu extraordinario!

Las personas que tenemos aún cerca, no van a estar ahí para siempre, un día tenemos hijos pequeños a los que hay que peinar y preparar lonchera, pero en un parpadeo, estarán terminando la universidad y no nos hemos dado cuenta en qué momento pasó tanto tiempo; un día somos nosotros los pequeños a los que hay que llevar de la mano y de pronto los papeles se invierten y eres tú quien lleva a tus padres mayores de la mano. Por eso… no des nada por hecho, no pienses que lo que tienes y a quienes aún tienes serán eternos.

Suena durísimo y un poco frío, pero lo único seguro que tenemos, es que llegará un día en que todo termine, así que trata de vivir despedido, demuestra ser una buena persona para ser recordado como ello y cuida tus palabras porque pueden ser las últimas.

"Si la vida se mide en tiempo, entonces el tiempo es vida".

Y tú... ¿En qué estás ocupando tu tiempo?, ¿cómo estás ocupando tu vida? teniendo presente que en algún momento se te acabará… ¿Lo estás dedicando a lo que realmente te importa?, ¿se lo ofreces de calidad a quienes según tú valoras?, ¿cómo lo gestionas?, ¿construyes, creas y vives?, ¿promueves recuerdos y cultivas relaciones de valor?, ¿vives de prisa sin freno o despacio consciente?, ¿tratas de mejorar tu persona y tu vida, o pasas haciendo juicios y dando lecciones sobre la ajena?, ¿cómo lo vas a hacer desde ahora? Toma el control de tu tiempo y hazlo valer.

Es verdad que el tiempo es un tesoro y no hay que perderlo, pero se vive lo que se tiene que vivir, la certeza no la tenemos y la línea de tiempo no es la que nos pone retos a cumplir o casillas por marcar a todos por igual. La realidad es que el paso del tiempo nos da miedo, pero desde mi perspectiva… Con los años ¡La vida se pone mejor! No hay una tal edad o un tiempo en el que tengas que cumplir ciertas cosas. Nunca vamos temprano o tarde para ser o hacer, yo creo que siempre estamos a tiempo dentro de nuestra propia línea de tiempo.

Las expectativas y la presión las ponemos nosotros al compararnos o esperar las cosas en un determinado momento o a una determinada edad. Apropiate de tí y de tu historia. No hay una edad o un tiempo establecido en el que vas a tener, en el que vas a hacer o en el que vas a lograr y conseguir, cada quien tiene su propio ritmo, cada uno dentro de su propia línea de tiempo. Entonces… deja de compararte, no te presiones, pero tampoco te dejes de mover. Hoy, entiendo que el éxito no se mide con billetes, el éxito se mide con la calidad del ser, con decisiones inteligentes, con autoconocimiento para dar pasos firmes, construir relaciones de valor y cumplir metas propias en el tiempo de cada uno. La tirada es avanzar, aunque sea despacio, pero avanzar en la dirección que consideres correcta y si te equivocas, no pasa nada. No hay tiempo perdido ni decisión mala si se tomó conscientemente, pensando que era la mejor opción y al final nos aportó algo… aunque sea el aprendizaje de por dónde no.

¡Conócete, conócete y conócete! Traza tus metas, planea, elige tu ambiente y a las personas con las que quieres compartir tu vida. A todo eso junto con tus objetivos sí que dedícale tu tiempo, ¿Quién dijo que todo el tiempo hay que empeñarlo en ser productivos? Encontrar el momento para dedicarte a tí, para hacer aquello que te motiva, lo que disfrutas y compartir con quien amas, nunca será desperdiciarlo.

"El tiempo es vida y la vida no espera, pero cada uno la aprovecha a su manera".

Independientemente de las obligaciones, responsabilidades e imprevistos, el tiempo no frena y es la moneda más valiosa que tenemos, pero no es eterno. Entonces, baja el ritmo por un momento, reflexiona y empieza a ser consciente de tu tiempo, valora, agradece que lo tienes y vive más despacito para realmente disfrutarte, pero también disfrutar de tu estar sin remordimientos.

Hacer las cosas lo mejor que podemos en su momento, evitará que después caigamos en las trampas de nuestra mente dándole vueltas al abrumador ¿Qué hubiera pasado si lo hubiera hecho distinto? Cuestionarte o arrepentirte de lo que no hiciste, lo único que ocasiona es angustia por no poder elegir otra cosa, haberlo hecho distinto o simplemente haberlo hecho y punto, en cambio, si empeñamos tiempo y esfuerzo, nos quedará la tranquilidad de haber hecho lo mejor que pudimos, elegido lo que en ese momento consideramos mejor y podremos vivir con ello sin poner en tela de juicio nuestras acciones. Simplemente lo hicimos porque creímos que era la mejor forma y no hay más vuelta ¿Para qué hacerse bolas?

Perdemos mucho tiempo procrastinando, pensando las cosas y con miedo al fracaso. Nos detiene la edad, nos detiene la experiencia no obtenida, nos detiene la opinión de los demás, nos detiene no encajar, nos detiene el miedo y nos detiene el tiempo. Dejemos a un lado todo esto y que no se nos vaya la vida en sentirnos inadecuados o quedándonos con las ganas de hacer lo que siempre quisimos hacer; que no se nos vaya el tiempo sin decir lo que tenemos que decir, no nos quedemos con un te quiero no pronunciado y empecemos hoy con eso que tenemos en mente, eso que nos llama la atención y no hemos hecho, eso que deseamos aprender o emprender ¡Nunca es tarde, pero no te tardes!

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