BRINDO POR LAS AMIGAS DE VIDA.
- Mónica Cué
- 27 sept 2023
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Por Mónica Cué

¡Yo soy tú y tú eres yo! Porque lo que soy, se ha ido construyendo con las vivencias y experiencias que me han aportado otras personas… Y así, todo empieza con las herramientas que me dieron mis padres, con mi entorno familiar, los aprendizajes que me ha dado el descubrir con otros y la educación que he recibido, la convivencia con la pareja, el trabajo o el desarrollo y contacto con el entorno, pero también de las vivencias y el enriquecimiento que aportan mis amistades. De esta forma yo soy y puedo ser gracias a los demás y a partir de ahí existo tal y como hoy me encuentro. Empiezo entonces diciendo gracias a quienes han formado y son parte de mi.
Conforme pasan los años, nos damos más cuenta de la importancia del acompañamiento con cariño. Y ésto, en todos los sentidos, por eso, hay que saber elegir a quienes serán tu compañía en el recorrido. Las amistades se tornan más relevantes, las reuniones con amigas se vuelven distracciones perfectas, terapias grupales increíbles, compañías infinitas, momentos de confidencias y sonrisas auténticas.
Quien tiene un amigo valioso, sabe que éste, aparece siempre a tiempo, los demás cuando tienen tiempo.
A lo largo de la vida, uno se encuentra con diferentes tipos de amistades, están las amistades de vida, las que te han acompañado siempre; aquellas que las circunstancias de la vida te han separado, pero te reencuentras con ellas; las que te han aparecido en el camino por mucho o poco tiempo para sumar a tu vida; están con las que puedes pasar hablando horas, arreglar el mundo y verlas diario, pero también las que poco frecuentas y cuando las ves parece que se quita la pausa y como si el tiempo no hubiera pasado; están las que tienes lejos pero que son la familia que escoges y sin importar la distancia, el cariño, el apoyo, el interés y el vínculo no deja de crecer. Todas estas amistades se vuelven cada día más trascendentes en tu vida y si siempre han sido importantes, conforme pasa el tiempo se valoran más.
Una amistad no es a quien conociste hace más tiempo, es quien ha permanecido en tu vida a pesar del tiempo.
Es verdad que conforme pasan los años, pasas “filtro” de todo y de todos, incluidas las amistades, pero las del corazón permanecen. Me parece fundamental elegir a las pocas o muchas amistades con las que te quieres quedar. El acompañamiento puede ser muy enriquecedor o destructivo, así que seamos selectivos con quienes dejamos entrar en nuestra vida e inteligentes para ver la lealtad de quienes queremos conservar, pero también estar abiertos a recibir personas nuevas o dejar ir a quienes nos brindaron aprendizaje y experiencias pero debemos soltarlas como parte de ese bienestar y crecimiento personal. Estuvieron el tiempo que se tenían que quedar.
Hay personas que llegan a tu vida y dejan huella, hay otras que aparecen fugazmente, pero que dejan un fuerte aprendizaje y otras que son cariños de vida ¡A esas, se les llama amigas! Pasar tiempo con las amigas es terapéutico, las risas compartidas, las pláticas infinitas, los motivos para reír y brindar nunca faltan, el tiempo parece detenerse aunque nunca es suficiente para brincar de un tema a otro, para “arreglar” el mundo, hablar y reír sin freno.
Pasar el tiempo con amigas es como dije terapéutico. Entre amigas, se vale desahogarse, se vale opinar, se vale callar o simplemente estar; la satisfacción de sentirse acompañada, querida, sostenida, escuchada o rodeada de cariño es suficiente para asegurar que eso tiene que ser saludable; por eso, pasar tiempo entre amigas es un lujo porque no todo mundo puede presumir que las tiene.
Sostener una amistad que trasciende en el tiempo no es sencillo, pero sí invaluable, seguir compartiendo momentos y recuerdos se convierte en una necesidad, en un placer y en una forma de alegría, de encontrar serenidad, de sentir que el tiempo es un aliado y que nos mantiene como en aquel tiempo en que esa amistad empezó.
Ahora… Las amistades también tienen un ciclo, se pausan, se distancian se distanciantemporalmente o se terminan ¡ Eso es parte de crecer! Conservas personas de valor, te reencuentras con algunas, o te alejas de quien ya cumplió su tiempo, pero también creas redes de personas nuevas con las que te identificas y con las que estás cómoda. Hay amistades que trascienden los años, a pesar de… a pesar de la distancia, a pesar de las diferencias, a pesar de los cambios, a pesar de la condición y a pesar de la evolución personal de cada quien.
Como seres sociales, construir una red de amistades y vincularse genera seguridad. Compartir tiempo con las amigas repara, estimula las conexiones en el cerebro, promueve el sentimiento de felicidad y por lo tanto es real que reduce sentimientos de estrés y ansiedad. Demostrar el cariño a las personas que amamos en las distintas formas sin duda tiene poderes curativos, cura tristezas, lima asperezas y es reconfortante para la mente, el cuerpo y el alma.
Con la edad, fomentar amistades, procurar a las personas que suman a nuestra vida y con quienes podemos ser nosotros mismos cobra cada vez más importancia. Demostrar el cariño a las personas que amamos en las distintas formas es realmente sanador e insisto, conforme pasan los años, nos damos más cuenta de la importancia de esos cariños, la importancia de sentirse acompañada, comprendida y el saber simplemente que se tienen, reconforta. Así, entiendo que pasar tiempo con las personas que queremos nunca será desperdiciarlo.
Entonces… Procura a las personas que quieres en tu vida. Fomentar relaciones que nos alimenten nos va a rendir frutos siempre. Ábrete a conocer nuevas personas, recupera a los que perdiste y consideras valiosos, procura a los que ya están y busca disfrutar el tiempo con cada uno.
Tener una, aunque sea solo una amistad genuina es una bendición. Una amistad sin celos, envidias, juicios, ni etiquetas. Una amistad con quien puedas ser cómodamente tú, con transparencia, cariño y apoyo genuino. Amistades que sin hipocresía se alegran y aplauden tus logros, pero que también lloran y comparten tus momentos difíciles.
Hay amistades, hay familia y hay amistades que se vuelven familia. Si tienes una, aunque sea sólo una amistad así, cuídala, ¡Tienes un tesoro!
Hoy levanto mi copa y brindo por las amigas, por esas amigas de vida que suman, que acompañan y que se disfrutan tanto… ¡Nos tenemos!
Registro de Propiedad Intelectual ©Mónica Cué
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