DISEÑA LA VIDA EN LA QUE QUIERES VIVIR.
- Mónica Cué
- 26 abr 2023
- 8 Min. de lectura
Por Mónica Cué

Crear la vida en la que quieras vivir suena utópico, pero en realidad es a lo que todos le deberíamos tirar o por lo menos intentarlo.
Nada llega solo, las cosas surgen haciendo y empiezo por decir que hacer y disfrutar lo que te gusta no es perder el tiempo. Para diseñar la vida en la que queremos vivir no bastan decretos, leyes de atracción, energías ni rezos.
Claro que debemos empezar por creer que merecemos y que podemos, pero comprometidos de hacer y actuar. Ahora, con merecimiento me refiero a lograr tener una vida de éxito, pero también disfrutar del proceso, merecemos pasarlo bien y transitar contentos a pesar de… a pesar de los obstáculos, a pesar de las circunstancias, los problemas o la situación e intentar encontrar paz dentro del caos, hacer lo que nos gusta es el primer paso para estar y sentirnos bien, para encontrar un espacio de calma y seguridad.
Hacer eso que nos gusta estimula el cerebro, reduce el estrés, desinflama todas las células del cuerpo y nos hace sonreír; nos inyecta de energía para hacer las cosas que no disfrutamos tanto, pero las cuales hay que hacer de cualquier forma. Entonces… Dediquemos algo de tiempo a eso que nos gusta, a sentirnos bien y sin remordimiento. Algunas veces, será necesario hacerle un hueco en la agenda y apartar la hora… ¡Pues eso, aparta la hora, pero hazlo! Y con las cosas que nos gustan no me refiero a vivir en una aventura constante, a perseguir una falsa felicidad con calzador de risas, positivismo y euforia permanente; me refiero a esas pequeñas cosas que realmente disfrutamos y muchas veces suceden en la prisa del día a día sin realmente ser conscientes de ello y poder disfrutarlas. Por ejemplo: me gusta el olor del café cuando lo preparo y el rato que paso tomándolo por la mañana, disfruto tener flores en mi casa, disfruto el sonido del agua al caer, disfruto sentarme a leer o escribir, disfruto escuchar música, pero también el silencio, disfruto una copa de vino con una rica comida, disfruto cocinar, estar con mi familia, pasar el rato con amigos, acariciar a mis perros, disfruto el orden y que mi casa huela bien, en fin… para cada quien serán cosas distintas y existen infinidad de opciones, pero útil será todo aquello que te haga sonreír.
Se habrán dado cuenta que cuando estamos desanimados por cualquier razón, hacer o pensar en estas pequeñas cosas es de donde nos agarramos para sentirnos mejor… Pues conservemos la oportunidad de gozar todo eso y familiarizarnos con el hecho de sentirnos bien y contentos sin culpa. Construyamos el eje que se forma principalmente de esas cosas que gozamos, el sueño de todos es que haciendo lo que nos gusta encontremos una forma de vida y terminar por trabajar sin sentir que realmente lo haces ¿Será imposible vivir disfrutando? Yo creo que cuando hay un sueño, un objetivo claro y se actúa en ello, no es imposible, pero hay que empezar a moverse.
Pensar en diseñar la vida en la que quieras vivir provoca miles de cuestionamientos y el primero es ¿Qué tengo que hacer para estar ahí? Pues, primero…Un plan, empieza por actuar y busca la forma de moverte hacia donde quieres poco a poco. Siéntate y tómate el tiempo que haga falta para pensar y cuestiónate todo ¿quién eres, dónde estás, a dónde quieres ir, qué necesitas, qué tienes que cambiar? y también ¿qué tienes que eliminar, qué renuncias tienes que hacer, cuales son los sacrificios que implica moverse hacia allá? Los hábitos que hay que adoptar y con honestidad definir ¿Cuál es tu objetivo? plantea, encuentra eso que te gusta y lo que se te da bien hacer o te interesa, traza un plan y empieza a moverte hacia ello. Y no solo es diseñar tu vida laboral o profesional, es también diseñar la imagen que quieres transmitir, la persona en la que te quieres convertir, el ambiente en el que quieres vivir y llevarlo a cabo.
Y es que ¡La vida son dos días! Este término, es utilizado acertadamente para expresar que la vida es corta y hay que aprovecharla mientras la tengamos. Las circunstancias, el día a día, la rutina y el que muchas veces vivimos como en piloto automático, nos ciegan para realmente darnos cuenta y valorar el momento.
Todo lo que hoy tenemos, la vida que conocemos, las personas con las que compartimos las condiciones en las que nos encontramos, no son para siempre y todo puede cambiar en un momento sin planearlo o sin verlo venir. Por eso, hagamos lo que tengamos que hacer para aprovechar nuestros días y dejar de procrastinar, empezar a actuar hoy en la vida que realmente buscamos tener.
Proyectemos nuestro futuro con ilusión, diseñemos una vida en la que queramos estar, porque estamos para fluir y no sufrir. Los accidentes pasan, las enfermedades llegan sin preguntar, los imprevistos no avisan y de ello nadie se salva, el problema... es que no sabemos cuándo será. Por eso, actuemos hoy, démosle importancia al momento que estamos viviendo que en realidad es lo único seguro que tenemos, pongamos las cosas en orden y dejemos de abrumarnos por lo que no podemos cambiar. Hay cosas que son como son y más nos vale dejar de hacernos historias, abrumarnos y darle vueltas que lo único que logra es que lo llevemos fatal, frustrarnos y quitarnos la serenidad; y con esto no quiero decir aceptarlo todo y como venga con alegría, porque claro que enoja, claro que nos confronta y nos descompone. Se vale quejarse, se vale desahogarse y reaccionar, eso es humano y normal, pero también con medida y hasta un punto, lo que no se vale enfrascarse por tiempo prolongado en el lamento de un mismo problema y que termine por amargarnos y consumirnos. Aceptar no es cruzarse de brazos y adaptarse a los cambios no es quedarse mirando el problema, es más bien intentar buscar soluciones, entender que no queda más que torear y elegir una mejor actitud. Finalmente, entiendo que son las cosas que no podemos cambiar las que terminan por cambiarnos a nosotros.
Entonces ponte a vivir tu vida que son dos días y los buenos momentos hay que crearlos. Realmente así lo creo, los buenos momentos hay que buscarlos, porque los malos llegan solos y esos no quedará más que atenderlos, dedicar parte de nuestra energía para solucionarlos y enfrentarlos como vienen sin remedio.
Planea y póntelo fácil para hacer que todos esos buenos momentos sucedan, y con buenos momentos me refiero a pequeñas y grandes cosas que nos hagan estar más contentos…. lo que sea que te dibuje una sonrisa, que te distraiga de la rutina y te haga pasar un buen rato. Dedícale tiempo de tu día a las obligaciones, estas son inevitables, pero también deja espacio para las actividades que disfrutas, para los pequeños momentos de placer que te saquen una sonrisa.
Anatole France decía…“Nuestros problemas perderían importancia, si exageráramos nuestras alegrías, igual que lo hacemos con nuestras penas”.
Entonces... ¿Por qué no, detectar esas alegrías? Aprovechar y vivir rodeado de lo que te haga sonreír y de quienes te hagan sentir amado, con quienes te sientas cómodo, que te valoren y puedas compartir carcajadas desde el alma. Muchas veces normalizamos lo cotidiano, damos por sentadas las cosas o a las personas de nuestro alrededor y queremos más y diferente; pero realmente no nos damos cuenta que lo que ya tenemos y consideramos ordinario es lo realmente extraordinario.
Para cada quien lo extraordinario puede encontrarse en distintos aspectos de lo ordinario en su vida; no lo busques en otro lado, simplemente frena un poco, se consciente y ¡Encuentra tu extraordinario!
Vivimos en un acelere diario con la rutina, el deber ser, el tener que hacer, una vida llena de responsabilidades, obligaciones, pendientes, casillas que llenar y problemas abrumadores. Si viviéramos un poquito más conscientes, pondríamos atención a las pequeñas cosas que todos los días nos ponen contentos. Frenemos un momento para hacer lo que disfrutamos, dediquemos un rato del día para nosotros y estar en paz con lo que sea que nos guste. Buscar un momento para consentirse además de que reduce el estrés, incrementa la energía, mejora la actitud, el ánimo, la motivación, fomenta la paciencia y sube la autoestima, pero también nos trae al presente y podremos pensar con más lucidez.
La mente no puede estar todo el tiempo funcionando y rebasada, eso termina por rompernos. Aprender a gestionar el estrés en medio de la rutina y las obligaciones diarias no es fácil, por eso, te sugiero empezar por regalarte un momento del día y dedicártelo a tí sin interrupciones ¡Sólo un momento! Frena hasta que con todos tus sentidos disfrutes de lo ordinario que te da la cotidianeidad… En fin, a lo que sea que disfrutes, dedícale un momento de tu día.
Ojalá que en el recuento al final de la jornada, encuentres algún motivo por el cual sonreír, agradecer y aunque sea un mínimo aliciente para seguir por donde vas o la claridad para cambiar el rumbo y entonces pregúntate… De todas las actividades que realizaste en un día, ¿cuáles te acercan a tu concepto de felicidad, a la estabilidad emocional y financiera, a tu bienestar físico y mental, a lo que quieres lograr? ¿Cuáles te están alejando de ello? Y ¿Qué plan tienes para moverte hacia tus objetivos?
¿Cómo salir del bucle? Conciencia y empeño son las palabras clave aquí. Entiendo que resulta difícil ver la salida cuando te encuentras en un camino poco iluminado, pero pocas veces en realidad la tenemos cerca cuando la buscamos desesperadamente, hay que ir avanzando hacia ella de a poquito pero en la dirección adecuada; por eso, trázate objetivos a corto plazo y empieza a dirigirte ahí, no es necesario hacer renuncias drásticas que te desequilibran. Muchas veces, sin darnos cuenta… Lo que disfrutamos y el tiempo que dedicamos a ello, es en el fondo lo que perseguimos, lo que realmente nos apasiona y se cruza con lo que se nos facilita o las capacidades que tenemos. Entonces, simplemente plantéatelo que si la razón de tu meta es por que te gusta, aunque no tengas la habilidad desarrollada, aunque te de miedo empezar o no tengas muy claro por dónde ¡muévete! Muévete hacia ello poco a poco y no importa si es con miedo, pero hazlo. Acuérdate que las cosas suceden haciendo y haciendo lo que te gusta seguramente lo harás bien o aprenderás cómo no, pero resultará un éxito y habrás logrado empezar a diseñar la vida en la que quieres vivir.
Tan importante como valioso es darte cuenta y actuar para tomar las riendas de tu vida y vivirla realmente consciente con todos los sentidos. Ser absoluto dueño de tus pensamientos, de tus palabras, de tus acciones, de tus decisiones y de sus consecuencias, pero también dueño de tu imágen personal, de cómo vives, de la elección del círculo de personas con quien decides compartir, de la manera en que te conduces, de tu bienestar, de lo que eliges para tu vida y de la línea que te trazas.
Cada quien tiene su propia fórmula, cada quien decide lo que quiere o no ver y elige sobre su vida haciéndose cargo de ella como adulto responsable sin esperar que alguien más decida o resuelva sobre lo propio. No midas tu vida con la regla de los demás y enfócate en hacer lo que haga falta para disfrutar de la tuya. Las circunstancias de cada quien, las estrategias, las condiciones, el papel y el entorno de cada uno es distinto, así que enfócate en lo tuyo, en conseguir que tu vida sea eso ¡tú vida!
Tu hoy, inconscientemente te define como persona y define el futuro que construyes. Tu recompensa, será la satisfacción que te da ser dueño de tu vida y encima disfrutarlo. Fantástico, ¿cierto?... Al final, todo se resume en darle importancia al hacer aquello que disfrutas y en tratar de crear y vivir la vida en la que quieres quedarte.
Registro de Propiedad Intelectual ©Mónica Cué
Comments